viernes, marzo 09, 2012

L'eden

Muchos pocos me conoceréis, muchos más no lo hareis, en definitiva ni yo lo sé.
Cabe decir que ni yo misma sé quien es, ese personaje que indaga y merodea por los arrabales de la llamada Tierra.
Mi nombre de poco importa, pues no es lo que me hace, mi edad muchos menos.
Escribo sin rodeos, sin detenerme en la coherencia, sin retroceder a corregir errores.
Me descalifico del género persona, no soy tal cosa, pretendo ir más allá de eso, pero ultimamente me estoy descarreando.
Me definen las ansias, el hambre por todo, el querer conocer y saber todo, la superioridad, la altivez.
Hace poco caí en la cuenta de que tenía o tengo amigo,
hace poco me enteré que ese término existía y, lo que es aun mejor,
hace poco le di forma a ese significante.
De poco importan sus nombres, sus edades, sus entidades y condición, la dicha que hace que se conviertan en amigos es... ser quien son.
Es re complicado intentar comprender lo que digo, pero es como el sexo , lo tienes a mano, lo practicas, alardeas de es satifactorio, pero son todas hipocresias hasta que llega tu momento. Ese momento en que t dejas atrapar en el que ya no eres tú y esa otra persona, sino eres una en dos, el momento en el que el orgasmo no es el objetivo, la meta va más allá de eso. Las caricias se intensifican con los gemidos, los besos te erizan, te excitan, es todo más intenso.
Y eso ocurre con los amigos, en un momento dado uno se piensa que lo que tienen son amigos, que te diviertes como nunca, que son tus AMIGOS, realmente es algo tan falaz y a la vez tan idílico que te niegas  a desmentir que esos no sean tus amigos.
Me dic cuenta hace poco como decia, fue algo certero, fue verlos comer y verme reflejada en ellos, fue verlos hablar y sentirme en sus palabras, fue oirlos reir fundirme en sus risas.
Esos son mis amigos, amigos con los que las desdichas y las fortunas no tienen etiquetas como tal, son algo más que eso, simbolizan nuestras VIDAS.